viernes, 17 de abril de 2009

Hace tempo que no nos vemos.


Tempo hace que no los veía, fasinado los contemplaba, fugazmente sus siluetas distinguía, sus facciones en una milésima de segundo me dejaban ver.
A veces solos, a veces en pares, a veces en tríos los veía.
A veces cerca, a veces mas lejos otras aún mas lejos.
A veces paseando, a veces cazando, pero sempre volando.
Solo tres veces posados los ví, sobre una antena, sobre el campanario de una iglesia y sobre un árbol en la plaza de tribunales.
La mayoría de la gente los ve como algo no ta agradable, pero para mi son una prueba de lo poco que los humanos el entorno controlar pueden.
La vida su curso sigue y se adapta y los Caranchos vuelan sobre la ciudad, utilizando los edificios como zona de emboscada para obtener su alimento, a escasos metros sobre las cabezas de miles de humanos abstraídos en su mundo.
Estos último días volví a verlos volar y ellos volvieron a permitirme verlos y nuevamente maravillado por su gracia quede.

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