• Las charlas e intercambio de información sin tapujos ni mentiras.
• Tu cabeza apenas inclinada hacia un costado, el mentón levemente levantado, los ojos expectantes y sonrientes cuando llegabas al piso y me buscabas.
• Las noches que tenías un mal sueño y me dejabas tararearte una canción de Loreenna para que te relajaras, me abrazabas y retomaras el sueño tranquilo.
• Nuestros cuerpos apoyados uno con el otro mientras compartíamos la lectura de un libro en algún viaje en tren.
• Me llevas de la mano para mostrarme los recovecos de Agronomía.
• Cuando preguntabas mi nombre y lo corregías después de un "Noooo, ese no es"
• Tu aceptación de algunos momentos mágicos sin desmenuzarlos como con las flores.
• El brillo de tus ojos cuando reías conmigo.
• Las cenas en Connie Leone.
• El delicado y suave brillo de tu piel bajo la luz de la luna que por mi ventana entraba.
• Cuando escuchábamos una canción y decías con felicidad "Ésta será una canción de cuna para nuestro hijo".
• Los momentos en que creías que el amor existe y que no moría con el tempo.
• Tus caricias jugando con mi pelo haciéndome bucles.
• Las tardes patinando, leyendo o descansando en distintos parques.
• Los almuerzos con empanadas en el parque de Agronomía.
• La luz de tu sonrisa cuando me viste sentado esperándote mientras rendías.
• Las caminatas contemplando fachadas de edificios antiguos.
• Los ratos revolviendo librerías buscando algún libro que regalarnos.
• Cuando me cantabas sin razón alguna, solo porque tenías ganas de hacerlo.
• La paz y tranquilidad de tu rostro mientras te contemplaba las mañanas que seguías durmiendo.
• Cuando vestías polleras o vestidos y decías que te gustaba ver mi cara de bobo al verte.
• Tu sonrisa tímida cuando te decía Hadita de Ojos Marrones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario