domingo, 8 de abril de 2018

Capítulo 107

  Aún no había amanecido cuando Marama despertó, se quedó acostada tratando de dormir, pero al no poder volver a hacerlo, se levantó. EL resto dormía, se puso un poco de abrigo y salió a ver las estrellas.
  El aire era frío, pero se toleraba, el cielo estaba totalmente despejado y no había luna, pero si estrellas, era un espectáculo único, le recordó el cielo de su tierra natal.
  Escuchó un suave murmullo, la brisa que se deslizaba por las malezas y los pastos altos, pero algo más le llamó la atención, le pareció ver un par de ojos brillosos, fue solo un instante, pero estaba segura de lo que había visto, se quedó quieta, agudizando sus sentidos lo mejor que podía, sintió un sudor frío por la espalda y se le erizaban los pelos de la nuca, podía sentir más de una presencia entre la vegetación que los rodeaba y se estaban acercando. Lentamente el terror se estaba apoderando de ella, pero aún no se atrevía a moverse, respiró hondo por la nariz, percibió un aroma que no era el de la hierba, era de algún animal, percibió movimiento entre las sombras por el rabillo del ojo, había unos cuantos metros de espacio entre ella y lo que fuera que estaba acechando, lentamente dio un giro para ver mejor y se quedó paralizada.
  Sobre el techo de la estación había una figura oscura observándola, sus ojos brillosos se clavaron en los de ella por lo que pareció una eternidad, cuando pudo volver a pestañar, el cielo estaba comenzando a iluminarse en el horizonte, ella estaba parada en el mismo lugar, pero no percibía nada extraño a su alrededor, solo el suave murmullo del viento en la hierba y los árboles, corrió a buscar una linterna y en el apuro despertó al resto de sus compañeros, quienes no comprendían lo que pasaba, Marama buscó y encontró la escalera que la llevara a la terraza.
  Al estar en la terraza se quedó mirando donde se suponía estaría la sombra que había visto, pero el lugar estaba vacío.
  Alumbró el suelo y no encontró ninguna señal de que alguien o algo hubiera pisado allí en muchos años, buscó por todo el techo, pero no encontró nada, al borde de la histeria miró en redondo y se dio cuenta que la hierba que rodea la estación de servicio estaba mucho más alejada de lo que ella percibió un rato antes.
  Se quedó pensando unos largos segundos tratando de entender que había sucedido.
  Haakon fue el primero en subir a la terraza y al ver a Marama tan seria le preguntó qué había sucedido, pero ella no podía explicarlo.
  “¿Encontraron algo?” Preguntó Andrea mientras subía la escalera.
  “Nada, pero había algo hace un rato.” Marama seguía mirando por todos lados buscando alguna pista que le dijera que no estaba enloqueciendo.
  “Pudo der un sueño.” Sugirió Haakon.
  “No estoy segura, lo sentí demasiado real como para que fuera un sueño, además yo estaba ahí fuera tomando un poco de aire cuando sucedió.”
  “Bajemos y nos cuentas a todos lo que sucedió, tal vez entre todos podamos encontrarle un sentido.”
  Marama estaba comenzando a duda de si misma, por lo que decidió aceptar la sugerencia de Haakon y descendió a reunirse con el resto.
  Aceptó el té caliente que le ofreció Min Ho y les contó la experiencia.
  “Suena como un sueño, pero desde que nos embarcamos es un poco difícil decidir que lo es y qué no.” Dijo Nasim.
  “¿No recuerdas nada de los ojos de lo que viste en el techo?” Preguntó Ashanti.
  “Nada” Marama negó con la cabeza. “Lo único que recuerdo de eso en particular, es que cuando vi la figura en el techo era aún noche cerrada y cuando pestañee el cielo se estaba empezando a iluminar.
  “Pareciera que estas tierras nos están poniendo a prueba.” Nasim bebió un poco más de té antes de continuar. “Estamos viajando sin un rumbo fijo, basándonos en sueños y criaturas extrañas.”
  “Tiene sentido.” Min Ho observó a cada uno antes de continuar. “El Capitán del barco nos lo dijo, que nadie sin invitación cruza la barrera, y después Julio nos dijo algo parecido, si en éstas tierras hay algo tan poderoso no es de extrañar que nos quieran evaluar.”
  “¿Evaluar si somos o no dignos?” Sugirió en tono medio de broma Andrea.
  “O simplemente están evaluando si no somos una amenaza.” Ashanti agregó.
  “Otra posibilidad es que nos estén haciendo seguir un camino eterno hasta que perdamos la cordura.” Nasim agregó.
  Estuvieron todos en silencio un rato mientras se perdían en sus propios pensamientos.
  Tasya fue la primera que comenzó a guardar sus pertenencias y prepararse para continuar el viaje, a lo que el resto imitó. Cuando Tasya puso su bolso en el vehículo notó que sus compañeros estaban aún callados, mientras los esperaba, se puso a evaluar el mapa, siguió la ruta por la que habían llegado, si la seguían sin desviarse en ninguna de las otras rutas llegarían a una ciudad, se preguntó qué harían después.
  “Ya estamos casi listos.” Dijo Haakon.
  “¿Vamos hasta ésta ciudad?” Tasya le mostró el punto en el mapa.
  “Santa Rosa.”  Haakon leyó el mapa y asintió con la cabeza. “Allí veremos hacia donde seguimos.”

  Una vez que todos estuvieron en el vehículo Tasya lo puso en marcha y continuaron el viaje siguiendo la ruta.

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