miércoles, 24 de agosto de 2016

50 años

“Cincuenta años”, pensaba mirando la ciudad iluminada por las luces, “cincuenta años desde que brotara la pandemia, apenas una semana y todo había sido perdido, diez años después comenzaron los trabajos de limpieza, aunque mucho no quedaba mas que huesos y animales algo salvajes, un poco de fumigación y listo, después siguió la tarea de redoblamiento, trajeron primero gente que no tenia mas chance que quedarse y prosperar ya que no tenían donde regresar, lentamente la población fue creciendo y algo mas de veinte años después vuelvo a ver esta ciudad iluminada”
Un suave viento revolvió sus cabellos negros como la noche, el objetivo estaba ahí abajo, había tenido tareas más complicadas por la cantidad y la exposición publica, pero ninguno era tan peligroso como ese, incontables cuerpos quedaban a su paso.
Uno de los asesinos mas terribles que se conocieran, era como lo llamaban, nadie decía su nombre, no por temor, sino porque nadie lo conocía, nadie sabia tampoco como era, las ultimas personas que podían describirlo murieron, los archivos que se referían a él habían desaparecido, y nada se ha sabido de él en casi diez años, por eso también era una presa difícil de atrapar, pero no para el, tenia cualidades que ningún otro asesino de esos días tenia, atrapar esta presa no solo significaba una sustanciosa suma de dinero, mas del que pudiera gastar en su vida, esta presa le traería un prestigio mas allá de lo que jamás pudiera pretender, además de un perdón completo firmado por varios países importantes, con lo que podría dejar de ser tan buscado.
Tenia que preparar el cebo, dejar las huellas apropiadas, si estaba en esa ciudad acudiría, sino serían unos cuantos cuerpos mas sumados al perdón. “será mejor que empiece, ya no aguanto estar en esta mierda de ciudad”
Un sonido distrajo su atención, dos jovencitas corrían desesperadas perseguidas por seis motociclistas, “veo que hay muchas cosas que seguirán siempre igual” levanto los hombros, “una pequeña diversión y un poco de comida no vienen nada mal.”
Salto hacia donde estaban las dos jovencitas acorraladas por los pandilleros.
El barrendero que encontró los cadáveres a la mañana siguiente estuvo un buen rato vomitando, y las noticias anunciaron un ataque de un loco violento.
“Loco violento” sonrió mientras leía “esa si que es nueva, bueno vamos a comenzar la tarea aunque esos cuerpos seguro que atrajeron su atención”, extrajo su portátil y observo el mapa, hizo un par de anotaciones, “si este seria el mejor lugar, según esto aun no han repoblado esa zona, así que debe ser el aguantadero perfecto, eso me dará mas carnada, veamos el terreno.” Dejo el periódico y la portable en la mochila, tomo la espada y salio.
Nadie le prestaba atención, era una cualidad de suma importancia para su trabajo, eso le permitía caminar como un fantasma entre una multitud, y cunado notaran su presencia seria tarde para el objetivo poder escapar. Caminó por un buen rato hacia el lugar, eligiendo posibles cebos para atraer a su presa, pero notaba que le resultaba difícil concentrarse, tenia muchos recuerdos de esa ciudad, y pocos eran agradables, nacido en una familia marginal, muchas veces tenia que robar para comer, y en muchas mas era atrapado y golpeado, pero después vino la plaga, el no fue afectado como los demás, poco a poco fue mutando, pudo sobrevivir, paso tiempo hasta que pudo salir de esa ciudad vacía, paso los años siguientes escondiéndose, alimentándose con miedo de ser atrapado, un día lo descubrieron y en lugar de matarlo le dieron techo y alimento, poco a poco fue recobrando el control, entrenaron sus habilidades hasta limites inimaginables para convertirse en lo que era ahora, el mejor en su terreno. Un sonido distrajo sus pensamientos, al mirar vio un grupo de chicos jugando en la vereda, “niños, eso seria un buen cebo” con una sonrisa siguió caminando, unos cuantos minutos después estaba llegando al limite de la zona poblada, las luces de las casas, negocios y edificios estaban todas apagadas, lo mismo que en la vía publica, pero eso para el no era problema, olfateo el aire solo por costumbre, “si, mas allá hay gente”, siguió caminando, doblo una esquina y vio el lugar iluminado, “mejor echamos un vistazo desde las sombras”
Sus movimientos furtivos lo llevaron hasta el interior y vio a toda la pandilla, pero eran solo aficionados. “Estos solo servirían para ensuciar el piso, no lo retrasarían ni cinco segundos, bueno, al menos lo distraerán una fracción como para que pueda darle un golpe.” Siguió recorriendo el lugar y al rato ya tenia el plan en la cabeza, “bien ahora a dejar el rastro”.

Durante los últimos cuatro días se han producido una serie de asesinatos, la policía no parece tener ninguna pista al respecto, pero no descartan que sea un animal suelto, debido a las marcas de dentaduras encontradas en los cuerpos, las autoridades creen que el animal podría estar escondido en la zona despoblada donde se encontraron la mayoría de los cuerpos, pero la población esta muy nerviosa debido a la desaparición de varios niños entre 12 y 14 años…
-Si no aparece en para mañana significa que no esta aquí, y habré vuelto a esta ciudad del otro para nada.- Dejo el periódico en la mesa y entro a la habitación donde tenia a los niños. El olor del miedo de esos pequeños le producía excitación.
-Quiero a mi mama.- Sollozo una niña de 12 años.
-¿Quieres a tu mama?, pobre niña, ella no vendrá y ninguno de ustedes volverá a ver a sus familias otra vez.
Encendió la luz para que sus ojitos pudieran verlo, se agacho y los niños vieron horrorizados esos ojos, duros crueles, color fuego, aun mas terrible era su aspecto, su rostro era tranquilo y casi pacifico, pero esos ojos eran los de un monstruo. Se acerco a la mayor de las niñas.
-Dime niña ¿tienes novio?- la niña aterrada asintió con la cabeza, -Que bien, ¿y ya te ha tocado entre las piernas?- La niña negó con la cabeza, el olfateó el aire cerca de la niña. –Si, aun eres virgen, eso es mas sabroso.- Metió una de sus manos entre las piernas de la niña por debajo de la pollera y le acaricio la vagina, la niña quiso evitarlo, pero no pudo, el miedo la tenia paralizada, uno de los niños logro patearlo haciendo que cayera hacia un costado.
-Vaya vaya, así que tenemos un héroe aquí.- El niño pudo desplazarse hasta estar frente a la niña. –Muchacho, eres un idiota, ella no te dará nada si sobreviven, pero no sobrevivirán, y tú tendrás que ver lo que haré con cada uno de ellos, porque serás el último en morir.
Los ojos del niño reflejaron el pánico que tenía dentro.
Disparos y gritos provinieron del edifico de enfrente.
-Bien, parece que mi viaje no fue en vano.
Salio de la habitación y miro por la ventana, veía los fogonazos de las armas o mas bien vio el último, ya que todos estaban muertos. Esperó pero no vio a nadie eso le pareció raro. “¿Será posible?” giro y ahí estaba parado en la puerta de la habitación donde estaban los niños.
-Los niños son un buen cebo.- Le dijo con voz áspera.
-Eres veloz y sigiloso como dicen.
-No creo que mataras a toda esa gente solo para comprobar mi velocidad y sigilo.
-No, ellos solo fueron para atraer tu atención, los niños fueron el verdadero cebo,- Sus miradas se cruzaron por unos segundos, -no me digas que te importan los humanos, son solo alimento.
Un movimiento fugaz un brillo apenas visible por una fracción de segundo y las dos espadas quedaron enfrentadas filo contra filo, un pequeño movimiento y uno de ellos golpeo la pared con tanta fuerza que dejo marcada la figura en el hormigón.
-Pensé que sería mas difícil derribarte.
El otro se levanto dificultosamente y salio por la puerta que tenia cerca.
-NO PODRAS ESCAPAR DE MI EN ESE ESTADO.
Corrieron por los pasillos y escaleras, saltaron por los huecos de los ascensores, saltaron de terraza a terraza hasta que finalmente se detuvieron en un edificio bajo, sus espadas escupían chispas cada vez que chocaban, sus movimientos eran tan veloces que levantaban el polvo que estaba acumulado después de tantas décadas de abandono.
-Para ser el capitán de los Kripos no eres tan bueno como esperaba.
-Y tu eres un lunático como dicen.
-¿Lunático?- La furia se apodero de el y cargo sin cuidar la guardia, un contragolpe y quedo desarmado, pero no era una ventaja muy grande, otro golpe y la sangre broto de su boca.
-¿Quién te pago por este trabajo?
-Eso nunca lo sabrás. Nunca me importo quien paga por mis trabajos mientras paguen.- Se levantó, los ojos mostraban odio puro, -debo decir que tu fama es bien merecida 50, creí que te tenia acorralado.
-Es parte del combate.
-Este esta lejos de concluir.- Saco otra espada oculta en su espalda y ataco nuevamente, esta vez fue mas sereno, pero su ataques eran bloqueados por un oponente que mostraba tranquilidad y casi diversión.
Otro momento de paz entre ambos.
-¿Por qué haces todo eso?
-He tenido una vida dura, que puedo decirte, no todos tuvimos la suerte de ser convertidos en capitán de un ejercito de elite. Aunque me hubieran encontrado en esos días para ser parte de los Kripos, ya sabemos cual hubiera sido mi futuro.
Un asentimiento de cabeza por respuesta.
-Dime, después de la guerra, después de haber acabado con todos los originales y miles de mestizos, ¿que fue lo que te hizo acabar con tu propio ejército?
-Nunca fue mi ejército, era el de ellos.
-Así que me dirás que te ordenaron acabar con todos ellos.
-Eso no te importa.
-¿Qué no me importa?, bueno creo que tienes razón, los expertos dicen que es mejor no llevarle la contra a los locos.
-No soy yo el que deja un rastro de cadáveres por diversión.
-¿Diversión? Si en parte es eso, en parte es también alimentación, pero te diré, después de acabar contigo iré donde están encerrados los niños y tendré una larga semana divirtiéndome con ellos.
-Eres un enfermo.
-Además estúpido.- Dijo una voz femenina.
-Tardaste más de lo convenido.
-Lo siento los niños estaban algo reacios a ir conmigo, pero nada que un poco de “tacto” no pudiera arreglar.
-Mejor ni pienso en lo que tu “tacto” podría hacer con ellos.- Dijo otra figura saliendo de las sombras
-Llegaran en seis minutos.- Otra nueva figura.
-¿QUE ES ESTO?
Una niña, en apariencia al menos se acercó por un costado, llevaba dos espadas cortas, tenía una sonrisa casi diabólica dibujada en el rostro.
-¿Cree que será buena idea dejarlo aquí para que lo encuentre la policía?
Otras figuras aparecieron.
-No es lo mejor, pero es lo que tenemos en este momento.
-No es posible, se supone que están muertos todos ustedes.
Carcajada general fue lo que recibió en respuesta.
-Como dije un estúpido.- Dijo la niña.
-No entiendo.
-Es bastante simple en verdad,- Dijo el Capitán avanzando unos pasos, -Nuestra composición no es muy distinta de los mestizos, así que la cúpula mayor sigue pensando que yo acabe con todos los Kripos, y como todo lo referente a nosotros ha sido destruido también, excepto por quien te dio esos datos..
-Eso ya fue arreglado también.- Dijo uno de los Kripos.
-Bien, así que ahora solo tú sabes la verdad de nosotros, y no podemos dejar que se sepa, además si quien te contrato esta muerto ya nadie pagara por tu trabajo, ¿no es así Mariano?
-¿Cómo sabes mi nombre?
-No eres el único que investiga.
-¿Qué piensas hacer?
-Simple, la policía llegara aquí, encontrara a los pandilleros muertos y encontrara tu cadáver baleado, así que pensaran que se mataron mutuamente, en cuanto te hagan la autopsia descubrirán tu dentadura y la compararan con los otros cadáveres, verán que concuerdan y dejaran el caso cerrado, claro que tu existencia será un misterio, pero dirán que eres una mutación producto de la infección, y olvidaran el caso para no tener pesadillas.
-Pero como…
-Porque nosotros queremos tener una vida tranquila, y tu vienes a embarullarlo todo, así que no necesitas mucho cerebro para darte cuenta. Acabenlo.
Veintitrés armas dispararon al mismo tiempo impactando todas al mismo tiempo dejando al cuerpo agonizante por la perdida repentina de sangre.
El capitán se acercó y le dijo mientras apuntaba.
-Pensaran que moriste después de matarlos a ellos por desangramiento.
Apretó el gatillo y la última munición perforó su cráneo atravesando su cerebro para quedar incrustada en el cemento del piso.
-Ya están llegando señor.
-Bien terminen pronto y larguémonos.
Un minuto después el lugar estaba desierto salvo por los veinticuatro cadáveres. El oficial a cargo de la investigación saco las conclusiones en cuestión de minutos y el caso fue cerrado.

-Puede ser que encontremos mas como él.- Dijo la niña mientras abrazaba a quien fuera hace cincuenta años su protector.
-Tienes razón, puede ser que encontremos algunos mas como él, nunca supieron si habían sacado a todos.
-¿Los mataremos a todos cuando los encontremos?
-Espero que no tengamos que hacerlo, pero solo el tiempo lo dirá eso.
La niña observó el atardecer, cincuenta años habían pasado desde que estuvieran sentados en esa terraza, cuanto había pasado desde entonces, cuanto había cambiado ella desde entonces, la guerra había terminado por el momento, pero nunca podían estar seguros.
Pero eso no le preocupaba ahora, el último humano que sabia del proyecto había muerto así que estaban en libertad. Abrazo con mas fuerza a su amado y lo beso con pasión, la que le fue devuelta, lentamente y con ternura como a ella le gustaba él la fue desvistiendo.

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