Más alto que el cielo,
más profundo que el abismo,
se desliza por mi pecho,
e invade mi cerebro.
Aparece mientras duermo,
a veces mientras camino,
otras mientras canto,
y me recuerda que estoy vivo.
Veo mi reflejo en un espejo,
pero ese espejo no es fiel,
ya que solo me veo a mi mismo,
sin la sonrisa de tu ser.
La risa parece desvanecerse,
entre las sombras de los seres,
quienes se ven quererse,
como dos perfectos pares.
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