jueves, 14 de noviembre de 2013

Las estaciones han sido olvidadas por el árido asfalto de la ciudad. El lamento de la cigarra aumenta hasta que ya nada es audible. El calor del sol sigue golpeando hasta que ya nada es visible. En nun cruce vacío accidentalmente de doy vuelta y veo la silueta de tu rostro. Aunque extiendo mis manos tu instantáneamente te desvaneces,quedando solo el calor de tu cuerpo y un sutil viento que empuja mi espalda. Como si pudiéramos tocarnos, nuestas miradas se encuentran, pero será en una calle lejana donde eventualmente habremos de reunirnos. Viajamos por un vacío lleno de enigmas. El atardecer desciende mientras incinera a su paso un grupo de edificios, dejando la cegadora oscuridad de la noche del otro lado.

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