Comieron en silencio mientras procesaban en toda la información que recibieron esa mañana. Después del almuerzo salieron a pasear cada cual por su lado, sin alejarse mucho.
Ashanti se sentó sobre un tronco y
contempló el bosque que la rodeaba, los distintos sonidos y aromas, se descalzó
y movió los dedos de los pies para sentir mejor conexión con el césped. Tomó
una honda bocanada de aire fresco y se relajó, podía percibir la presencia de
los otros jóvenes, estaban comenzando a aceptar esa conexión, pero al relajarse
y concentrarse un poco más pudo sentirse conectada no solo con los jóvenes,
lentamente fue tomando conciencia de la vida que la rodeaba, lo que la asombró
y llenó de alegría. Al despertar del
trance y abrir los ojos vio frente suyo un dragón que la observaba como
divertido, Ashanti pudo percibir sus sentimientos también, lo que le produjo
una gran sonrisa.
Al regresar a la cabaña, encontró a Florencia
jugando con Tasya al ajedrez, pero eso no le llamó la atención, sino el gran
animal que estaba recostado junto a Tasya. Un Lobo gigante, de pelaje grisáceo y
negro, levantó la cabeza y observó a Ashanti unos segundos para volver a
recostarla mientras Tasya la acariciaba.
“Es inofensivo” Dijo la abuela, “lo
que tiene de grande lo tiene de cariñoso también.”
“¿Es un lobo?” Ashanti se acercó
sin perder de vista al animal.
“Si, aunque un poco más grande, su
manada anda correteando por el bosque, con el tiempo conocerán al resto.” La
abuela sonrió al ver cómo Tasya y Florencia jugaban al ajedrez.
El resto de los jóvenes tuvieron
reacciones similares al ver el lobo recostado junto a Tasya, la última en
llegar fue Marama, quién tenía un aura distinta a la que tuviera esa mañana.
“¿Estás bien?” Haakon parecía
preocupado “¿Qué pasó?
Marama parecía estar perdida en sus
pensamientos, pero enfocó la vista y sonrió. “Estoy bien, no creerán con quién
he estado conversando.” Al ver la incógnita dibujada en los rostros de los
demás continuó. “He estado conversando con varios de mis ancestros, fue increíble.
Además de sentirme aún más conectada con la naturaleza.”
“Eso es increíble, pero, ¿cómo
puede ser posible?” Nasim preguntó.
“Es parte de las nuevas
habilidades.” Dijo Marama. “No es que hablara con fantasmas, es más bien vidas
anteriores, pasadas de generación en generación, memoria genética o hereditaria
creo que lo llaman.”
“¿Es eso posible?” Preguntó Andrea
a la abuela.
“AL parecer si lo es, nadie sabe
cuál es el límite.” Respondió.
“¿Te fue difícil hacerlo?” Preguntó
Min Ho.
“Al principio si, pero con el un
poco más de práctica seguro que me será más fácil. Lo que sí me fatigó mucho.”
“¿Qué les parece si preparo algo de
cenar?” Andrea preguntó, lo que hizo que los demás se dieran cuenta que tenían
hambre.
Cenaron pastas que Andrea preparó
muy alegremente y después se fueron a la cabaña contigua y se prepararon para
dormir, lo que no les tomó mucho tiempo, en cuanto se acostaron cayeron en un
sueño profundo y sus mentes deambularon por distintos mundo, viendo lo que fue
el pasado y lo que podría ser el futuro.
Florencia estaba sentada junto a la
abuela observando el cielo estrellado, el lobo recostado junto a ellas, levantó
la cabeza y al reconocer quién se acercaba volvió a recostarse, una figura
encapuchada se acercó a la cabaña, Florencia se levantó y corrió a abrazar a la
figura, quién la alzó sin esfuerzo y siguió caminando hasta llegar a la cabaña.
La abuela le convidó un mate con una gran sonrisa.
“El futuro ya no parece tan oscuro.”
Dijo mirando la cabaña donde los jóvenes dormían.
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