domingo, 26 de enero de 2014

Placidamente reposando en mi siesta estaba cuando el teléfono sonó, al mirar la pantalla decía "Número privado" Si fuece alguien que conozco o alguien que quiere conocerme, no tiene porque ocultar el número de teléfono. Ese es el motivo por el que no atiendo ese tipo de llamadas, y menos si me despiertan de mi tan merecida siesta apacible.